. Son unos vándalos". Dos sillas, una frente a otra, eran mis preferidas por su alto respaldo. Me volteaba hacia el bastidor; hacia el tejido de paja y espiaba a través de los agujeritos. El cuarto se veía entonces fragmentado, exágonos de panal que podía moveramiantojo.Loshacíadanzarytodolodescomponía; la cara de mi abuelita, la consola; nada tenía dueño, nada era de nadie; todo eran mil pedacitos; astillas de muebles, astillas de luz, astillas de abuelita; astillas