Texto contextualizado: |
La ceguera, la sordera y la tontería prescritas para aquel aprendizaje debían ir acompañadas, eso sí, de una sensación de plenitud y alegría comparable a la experimentada por la novicia que renuncia a las pompas del mundo para entrar en religión. Ser novia no consiste en la alegría de tener asegurada la butaca del cine, el aperitivo y un galán con bigote a lo Clark Gable, sino en esa otra sensación inexplicable de sentiros novicias alegres que miden los pros y los contras antes de profesar en |
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