Texto contextualizado: |
A fuerza de tentativas ya se pone a gatas y recorre así la alcobita o el estudio. Ahora mismo está empezando a moverse, atraído por los pantalones del viejo, cuando de pronto suena un ruido mecánico persistente y el niño alza la cabeza con atenta mirada. «¡Tiene el oído tan fino como yo!», piensa el viejo, reconociendo la aspiradora de Anunziata. «¡Qué carita pones, niño mío! Me recuerdas la frente arrugada de Terry, el asesor militar inglés que nos parachutaron, |
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