Texto contextualizado: |
súbditos del comunismo. No importa; la alegoría funciona. Y funciona tan bien que no puede menos de hacer sospechar si el hambre de espíritu no se reduce a hambre de una nueva alegoría, de un nuevo embeleco, de una nueva carroña mental (los comodines de la mente tienen siempre condición de cadáver, pues solamente cumplen su función si no oponen ninguna resistencia). Una vez sugerida la figura, el firmamento se cubre de señales, y la salutación al espíritu que adviene se extiende pronto desde Sánchez Dragó |
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