Texto contextualizado: |
donde cala la misión entrañable de la mujer y nos guardaremos muy bien de tratarla como tonta destinataria de piropos. La Falange nos tenía que acostumbrar a ser altivas y dignas, a guardar las distancias, a encastillarnos. Y dentro de esa mística, el halago verbal a bocajarro tenía mala prensa, tal vez también por descubrir en él ciertas reminiscencias plebeyas. Recuerdo haber escuchado a cierto profesor de Formación Política, un rubio fornido del que todas las chicas estábamos algo enamoradas |
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