Texto contextualizado: |
ya están totalmente penetrados de la horrible certidumbre, pero cuando el cadáver es finalmente rescatado, los padres, aun en medio de todo su dolor, descansan, como si sólo ahora el sentimiento pudiese disponerse al reconocimiento cabal de la tragedia. Decía Juan de Mairena que el hombre tiene tanto amor por la verdad que está dispuesto a aceptar hasta la más amarga, o sea, la de la muerte. Parece que hay que alegar que esto es así, pero con una precisa condición: la de que ese límite máximo y supremo que es el que separa la vida de la |
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