Texto contextualizado: |
me sentía desgraciada por mi torpeza, mi nerviosidad, mis silencios, rehacía, Diego, un encuentro ideal para que volvieras a tu trabajo con la certeza de que yo era digna de tu atención, temblaba Diego, estaba muy consciente de mis sentimientos y de mis deseos inarticulados, tenía tanto qué decirte --pasaba el día entero repitiendome a mí misma lo que te diría-- y al verte de pronto, no podía expresarlo y en la noche lloraba agotada sobre la almohada, me mordía las manos: "Mañana no |
DIE:039.32 |