habían remitido al Ministerio donde quedó apresada en los sargazos de la negligencia burocrática hasta que un funcionario más diligente, más compasivo o más malicioso averiguó mis señas y me la hizo llegar a portes debidos. Abrió el sobre que había estado acariciando con lasyemasdelosdedosymetendióunospapelesmanuscritos que empezaban a rasgarse por los dobleces. Los desplegué con cuidado, me acerqué al flexo que seguía encendido en el escritorio y cuyo haz de luz se iba encogiendo a
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TENDERII.1 - Alargar una cosa aproximándola a otra