y montaba guardia junto a la salida. Me puse de puntillas para tratar de ver a través del balcón si todavía estaba el coche de la Emilia frente al edificio, pero no lo pude encontrar entre aquel magma de vehículos que circulaba a ritmo de sepelio. El señor directormetendióunamanogelatinosayfría que estreché jovialmente. --¿En qué puedo servirle? --me preguntó. Esbocé mi mejor sonrisa y coloqué, como a lo tonto, el maletín
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TENDERII.1 - Alargar una cosa aproximándola a otra