primera adolescencia, no repitió el desengaño en la juventud. Ahora era, de resultas de ello, un hombre despreocupado, soltero, maniático y proclive a otra forma de romanticismo más bien rastrera: le encantaba dejarse querer. La soledad, sin embargo, alaquenotemía,habíatomadocartadenaturaleza dentro de él en forma de melancolías que se negaba aceptar como depresiones --y acaso no lo fueran-- periódicas, atacadas por una morbidez en cuyo regazo
MIR:070.24
TEMER.1 - Sentir miedo o preocupación [por algo o alguien]