Teresa, se le venían encima con sus moles blanquísimas y luminosas, blancas como la leche, muslos, senos de la noche, frutos almendrados, piel que lo envolvía suave, tiernamente. Al principio, Teresa era más comunicativa, hablaba de su hermanaBerta,decómolepegaba,decómoalnopoder desempiojarla, una vez la había rapado; de vez en cuando le reclamaba a Pancho: "Oye tú, ¿por qué no hablas?" y Pancho musitaba: "Nosotros los rieleros, nos hacemos