parte, el partido comunista no sabe qué camino tomar. Ha renunciado al leninismo pero no se atreve a abrazar plenamente el socialismo democrático. Oscila entre Lenin y Kautsky sin encontrar todavía su rumbo propio. La vida política italiana es agitadísima y,noobstante,enellanadasucede.Todosse mueven y nadie cambia de sitio. La cólera fría y obtusa de los terroristas y de sus pedantes profesores tampoco es una salida. Por eso han fracasado. Pero el problema