acontecimientos de la calle representasen para él más que el transcurrir del día, el paso de las nubes o la caída de alguna gota desprendida casualmente del cielo y traída por un golpe de viento hasta el cristal de la ventana. Lo que llegara a atraer su atenciónaúnnohabíasucedido.Elniñoteníala cabeza cubierta con un gorro de lana de color beige y llevaba atadas, colgando de la otra muñeca, un par de manoplas del mismo color. De repente