dentro el sonido de la campanilla! LUCRECIA.- Bebe, hija. ANTONIO.- Beppo, trae el láudano. ISABELA.- Un hombre que había cerca de él. Vi el resplandor de la daga en el aire, pero en aquel momento, no comprendíloquesucedía. ANTONIO.- ¿Y Lorenzo? ISABELA.- Yo vi cómo aquel hombre se precipitaba sobre Julián. ¡Vi cómo le clavaba el puñal en la nuca! ¡Y vi