Santiago Nasar empapado de sangre llevando en las manos el racimo de sus entrañas. Poncho Lanao me dijo: "Lo que nunca pude olvidar fue el terrible olor a mierda." Pero Argénida Lanao, la hija mayor, contó que Santiago Nasar caminaba con la prestanciadesiempre,midiendobienlospasos,y que su rostro de sarraceno con los rizos alborotados estaba más bello que nunca. Al pasar frente a la mesa les sonrió, y siguió a través de los dormitorios hasta