quiso adentrarse más en las consecuencias de una decisión semejante: por ahora le bastaba con tener al fin una idea que poner en práctica y una real posibilidad de acción. El cerrojo del cerebro había saltado. Mientras él pudiese correr en alguna dirección,tantoledabaloquesucedieradespués. Ah, sí, sí. Apretaba el paso felicitandose. Nada estaba perdido todavía. Ahora veía con nitidez lo que antes ocultara el resplandor de la ofuscación; la gratuidad