que nadie les hizo caso. "Pensamos que eran vainas de borrachos", declararon varios carniceros, lo mismo que Victoria Guzmán y tantos otros que los vieron después. Yo había de preguntarles alguna vez a los carniceros si el oficio de matarife no revelaba unalmapredispuestaparamatarunserhumano. Protestaron: "Cuando uno sacrifica una res no se atreve a mirarle los ojos." Uno de ellos me dijo que no podía comer la carne del animal que degollaba.