parejas. Aludió, en concreto, a que Betina y Jano caminaban rezagados detrás de ellos, excesivamente «serios y ensimismados». Nada se había transparentado hasta entonces en el balneario de la relación --más o menos misteriosa-- entre JanoyBetina,peroalverlossubirabstraídosyrezagados, Adriana no pudo por menos que hacer algún comentario jocoso, feliz como estaba de su propio acompañante, de la presencia de Marescu. Pero la senda, el bosque