vocación de monja, quedarse soltera suponía una perspectiva más bien desagradable, «desairada». No es que se entendiera muy bien en qué consistía tener vocación de monja, pero en los libros donde se narraban las vidas de los santos podían encontrarse algunas pistas que ayudaban a situaraquelfenómenoenelterrenodeloexcepcionalymisterioso. Era algo así como una llamada que venía de lo alto y a la que no se podía desobedecer. Parecido al flechazo del amor. Un momento sublime. No importaba que luego, una vez alcanzada