de su aguante, en aquel marzo inolvidable el mismo Rossi flaqueó por momentos. Sentía el calor como un insulto. Le molestaba patrióticamente el hecho de que en esos días tan luego visitaran Buenos Aires no recuerdo qué político inglés y qué elencofrancésdecómicosdelalegua.Sesinceró conmigo: --Si no viene una refrescada, ¿quién le saca de la cabeza a esa pobre gente que somos un país del trópico? Basta haber ido al cine para comprobar con