más raras inventan estos escribidores para no trabajar!... Los cuentos se cuentan para reírse y las canciones para animarse: ¿qué diablos hay que estudiar ahí?» --Bueno, luego se publica... Es un trabajo bonito --añadeeljoven,quenosabecómosimplificar más la explicación. Y añade, para romper el silencio: --Yo soy florentino. El viejo vuelve a sonreír. «Menos mal; por de pronto, no es milanés.