proletarios. La fuga de los cien mil, como una súbita escampada, ha disipado las mentiras y las ilusiones que no nos dejaban ver la realidad de Cuba. ¿Por cuánto tiempo? Nuestros contemporáneos aman vivir, como los míticos hiperbóreos, entre nieblas morales e intelectuales. Yaseñaléquelasdictaduraslatinoamericanasseconsideran a sí mismas regímenes interinos de excepción. Ninguno de nuestros dictadores, ni los más osados, han negado la legitimidad histórica de la democracia. El primer
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