los visillos de encaje y depositó un rayo pálido sobre las manos cruzadas del padre. Allí, en el mirador, hundido en su butaca, cubierto por una manta de lana, arropado en las faldas de la camilla, el padre parecía más viejo, más gastado. Davidsesentabaasuladocuandovolvíadelcolegioy trataba de hablar de cosas que le parecían de interés. Sólo un ratito, porque en seguida venían los deberes, la cena, el deseo de acostarse temprano para leer a
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SENTARI.1 - Colocar(se) apoyado en algún sitio descansando sobre las nalgas