--dijo el padre Amador. --Ante Dios y ante los hombres --dijo Pablo Vicario--. Fue un asunto de honor. Más aún: en la reconstrucción de los hechos fingieron un encarnizamiento mucho más inclemente que el de la realidad, hasta el extremo de que fue necesario repararconfondospúblicoslapuertaprincipal de la casa de Plácida Linero, que quedó desportillada a punta de cuchillo. En el panóptico de Riohacha, donde estuvieron tres años en espera del juicio