a la cama furtiva de Santiago Nasar, y esa idea le causaba una ansiedad prematura. "No ha vuelto a nacer otro hombre como ése", me dijo, gorda y mustia, y rodeada por los hijos de otros amores."Eraidénticoasupadre--lereplicóVictoria Guzmán--. Un mierda." Pero no pudo eludir una rápida ráfaga de espanto al recordar el horror de Santiago Nasar cuando ella arrancó de cuajo las entrañas de un conejo y