atender a ocho o diez visitantes que parecían demorar con gusto su partida. Precisamente ahora, casi a la fuerza, Jano tuvo que entrar en contacto directo con las gentes del balneario. Al fin se había visto obligado a enfrentarse con las personas a las que días atrás sólosaludabaesquivamente,conunlevegestode cabeza. A estas alturas reparaba en la cortesía del doctor, que dirigía el balneario, y en Betina, su hija, que al parecer había pasado casi todo el verano en
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SALUDAR - Decir palabras de cortesía en el encuentro o despedida