Aponte le mostró los cuchillos como un argumento final. --Ya no tienen con qué matar a nadie --dijo. --No es por eso --dijo Clotilde Armenta--. Es para librar a esos pobres muchachos del horrible compromiso que les ha caído encima. Puesellalohabíaintuido.Teníalacertidumbre de que los hermanos Vicario no estaban tan ansiosos por cumplir la sentencia como por encontrar a alguien que les hiciera el favor de impedírselo. Pero el coronel Aponte estaba