rostro humano. Me pareció que no podría resistir la visión de aquel espanto. Y, sin embargo, al tenerle junto a mí, acerqué mi mano a su hombro. No sé si llegué a tocarle o no. Fue un instante detalintensidadquenologréretenerloenmimemoria. Pero sí sé que me entregué voluntariamente a aquella manera de muerte. A mi alrededor todo se fundió en una negrura perfecta, y le sentí a él envolviendome con dulzura,