todas. Entonces tía Elisa, recuperando su autoridad, gritó: --Sé que estás ahí, Bene. Recoge tus cosas y marchate enseguida de esta casa. Si no te vas ahora, mañana vendrá la Guardia Civil por ti. Ellosnorespondieron.Lasdosmujeresseretiraron tranquilas por haber tomado al fin una determinación. A mí me obligó doña Rosaura a encerrarme bien en mi cuarto, en la más cruda soledad. Claro que para aquello que yo