, de sus cabellos, se alzaba el sol en aquellos momentos. El sol que me deslumbró, el sol que me señalaba el manantial de la luz, la ruta de la luz. Fue entonces, Francesca, cuando decidí huir de Monteoscuro para siempre.» Janodejódebeberconavidezenelprecisomomento en que aún le quedaba la lucidez suficiente para levantarse y seguir sus vagabundeos por el pueblo en busca de Betina. No bebía con aquella ansiedad desde