que nunca he visto en ti. Hace ocho meses, en Ibiza, te reíste cuando yo te dije: «Si yo fuera española me hubiera echado al monte con los maquis, hasta el último tiro... » Tereísteyluegotepusisteserioydijiste,bebiendote hasta el fondo la copa que tenías en la mano: «Era una guerra perdida.» «Era tu guerra», añadí yo. Y cada vez más serio, molesto con la intrusa que rozaba tu