Ayer estuve en Connecticut. Una fiesta en casa de una pareja de compañeros, psicólogos los dos. Bebimos mucho; nunca he visto beber como se bebe aquí. Te colocan una copa en la mano y sin darte cuenta esacopasiempreestállena,ytúbebesybebesyla copa no se vacía... Imposible contar las que has bebido. Pronto la gente está alegre. Necesitan animarse de prisa, que no falle la fórmula, que funcione el mecanismo.