que acaba de redactar una nueva y desvergonzada carta a las modelos del Reverendo y procede a copiar en un cuaderno, con esmerada caligrafía, los divanes del místico sufí Yalaluddin Rumi a su maestro e iniciador Chams Tabrizi: Era nieve, y me fundieron tus rayos. Latierramebebió;niebladelespíritu me remonto hacia el sol. El estrafalario ermitaño del Sentier nos había mantenido celosamente oculta hasta ahora su increíble e insólita afición a la poesía. Su abierto menosprecio al