Texto contextualizado: |
lluvia envolvió casi todo el otoño a la ciudad. Si a veces salía el sol, yo veía las torres y las cúpulas tras los cristales de mi modesto apartamento como una figuración fantástica. Llegaba con la lluvia un olor fuerte y ácido a yerba recién segada. Pensaba que hubiera bastado descender apresuradamente a las calles empedradas y húmedas para que aquel espectáculo irreal se hubiera esfumado. Las cúpulas de cobre oxidado, sus grumos verdosos bajo los repentinos y anaranjados rayos de sol, |
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