inundaciones. No sabemos si esta muchacha se avendría o no a pasar por el enojoso trámite de fingir interés por el roedor con la esperanza de que aquel asunto sirviera de prólogo a otros más excitantes y en los que ella misma se viera implicada. La misión de lamujer,basadaensucondiciónsatelitaria,llevabaaparejadoun riguroso entrenamiento en su papel de comparsa, que debía llevarse a cabo desde la primera edad. Y también en este aprendizaje se aconsejaba el fingimiento. Los consultorios sentimentales