acompañó a los ciento cincuenta civiles que fueron a pedir refugio al monasterio empujados por el creciente fuego de artillería. Cuarenta mujeres gritaban: "Abranos, ábranos", y golpearon con sus puños hasta sangrarlos sobre la puerta, y cuando el abate mandó abrir, hombresymujeresbarrieronincontrolablementeloscorredores, las escaleras y los sótanos benedictinos. No sé si Patitas se enamoró de una de las italianas, pero el hecho es que bajó de la montaña impresionado. "Hay que
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BARRERII - Inspeccionar o examinar [una zona] para ver y comprobar lo que hay en ella