infalible presa, los otros inmovilizarán de concierto sus desacordes y pataleantes extremidades hasta asegurarse de su completa e irremediable impotencia. Entonces, asiendole por las maltrechas y desgarradas prendas, le ayudarán a subir, casi en volandas, el mismo tramo de la escalera por el que había bajadomomentosantesconfrívoladespreocupación a fin de conducirle a un punto de destino original e imprevisto: el furgón. Allí, en previsión de los eventuales desperfectos que pudiera ocasionar una incontrolada