desde su buhardilla, se incorpora a cortarse las uñas y orinar en el lavabo, se pone el impermeable y sombrero y, ya en la calle, en vez de seguir uno de sus consabidos trayectos, camina diligentemente en dirección a las bocas de metro de Strasbourg-Saint Denis, bajalaescaleraquellevaalosaseosy,después de abonar el precio de la ficha, introduce ésta en la ranura del dispositivo de abertura, acciona la manija y, dueño y señor del exiguo pero coqueto lugar, cómodamente