muy pudiente, o en algún casino o círculo recreativo, acudían tantas chicas vistiendo sus primeras galas de mujer en aquella misma fecha y todas tan peripuestas, tímidas y anhelantes que la reacción varonil más frecuent era la de la cautela, la de no significarse demasiado con ninguna.Bailabanconellascomoconmiedoaarrugarlas,por un lado, y a decepcionarlas, por otro. Y no sabían muy bien de qué hablar. Hay que tener en cuenta, además, que no se trataba de fiestas