en mitad de la fiesta, sin la máscara aquella que ocultaba a su padre, quedó tan impresionada que cambió su disfraz de maja madrileña por el de una amiga. Y así, vestida con el hábito y careta que se suponía de Doña Inés, fue a invitarte abailarconella.Añadióquedesdeentoncesyanoos separasteis nunca, hasta tu muerte, poco antes de él nacer. Pero no creas que él mostraba gravedad alguna en sus palabras ni que, de alguna manera, admiraba vuestro