apreciaban en ella se multiplicarían con el mal tiempo del invierno. Asimismo decidió rehacer el jardín y sembrar las zonas desatendidas de éste y también la explanada rectangular en que se había ido convirtiendo el campo de tenis, abandonado desde la muerte de nuestra madre, hacía ya diezaños.Elogiódespuéslaamplituddelasventanasexplicando que necesitaba mucha luz para trabajar y para vivir. Creo que tía Elisa no estaba preparada para responder a una actitud semejante. Se limitó a interrumpirla,