visitó la reina de Inglaterra. Los madrugadores boletines de la radio empezaron a constatar menos atascos que nunca, incluso en la autovía que conduce a Barajas, mermada en dos carriles reservados para el tráfico de personalidades. Todos los taxistas estaban encantados por la mayor clientela y la fluidez quenotabanenlasgrandesvías. En señalados barrios del centro, la presencia policial confiere una tranquilidad inusitada al paseante, quien en otro momento no osaría atravesar, por ejemplo, la plaza de