jóvenes y menos jóvenes extremistas se hacen notar con su típica agresividad terminológica. Al más de medio millar de militantes de Falange Española, las decenas de afiliados de la nunca fenecida Fuerza Nueva y los dos carlistas tradicionales de toda la vida se agregan los contados integrantes de organizaciones que semuevenfundamentalmenteen el ámbito de la Universidad. Las elecciones a los órganos universitarios han supuesto una buena oportunidad para comprobar que, así como el ala más izquierdosa del estudiantado se eleva como la