la tremenda violencia de la modernidad, que viola, destruye, no deja nada en su lugar en las culturas tercermundistas". Añade, refiriendose al caso concreto latinoamericano, que esa dinámica de modernidad, "después de 500 años, nunca la hahechoparticipar".Afirma que la entrada en el 92 se producirá con un proceso de empobrecimiento del tercer mundo y con una situación relativa y absoluta peor que hace 500 años. Dussel reclama que el mundo vuelva