. Quizá esta presión ambiental o algún otro motivo indujo al capellán castrense a llamarle submarino al patrullero, "lapsus" que el sacerdote enmendó sobre la marcha. A las cuatro y catorce minutos, después de que Araceli Gurucharri de López de Arenosa, que actuaba demadrina,estrellólabotella de champagne en la proa, el barco se deslizó sobre las gradas hasta quedar a flote en la bahía, siendo saludado por los barcos surtos en las inmediaciones. Estuvieron presentes