, especialmente, el inesperado ofrecimiento de Boris Eltsin de presidir él mismo el gabinete que deberá aplicarlas. Los analistas políticos alaban el valor de Eltsin en querer presidir un gobierno que califican de kamikaze por la tremenda impopularidad de las decisiones que deberá tomar y el riesgopolíticoqueelloentraña para el presidente ruso. Pero al mismo tiempo estos analistas no ocultan sus temores al desmesurado protagonismo de Boris Eltsin en el diseño de la política de la república y a las necesarias correcciones