ante la asamblea de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), consiguió calmar los ánimos encrespados de alcaldes y presidentes de diputaciones provinciales. Pero sus buenas palabras no satisfacieron las demandas de los más de 1.400 cargos públicos que abarrotaban el auditorio del ferial de Zaragoza dondesecelebrólasesióninaugural de la reunión. Serra prometió negociar la deuda reclamada por la FEMP al tiempo que respaldaba los criterios de Hacienda y su discurso fue recibido con frialdad. Sólo cosechó algunos