no se puede vivir! ¡Aquí el que no corre vuela! Casi había logrado meter la cabeza por la ventanilla cuando salió el coche de estampía. Esta vez tuve menos suerte y cuando las piernas me llevaron a su vera cambió el semáforo y avanzó el tráfico rodado.Seguícorriendoydenunciandoelcaos imperante hasta que me faltó el resuello y tuve que elegir entre la persecución y el agravio cívico. Opté por la primera alternativa y conseguí atrapar el coche cuando doblaba