en ese tipo de sujetos, sujetos fetiche, como el pueblo, la patria, la estirpe, la causa, en los que el yo individual se desdobla, se proyecta, se enajena y se potencia, reconstituyéndose en ciegas identidades compartidas. Los terroristas matan para queseleapuntenmuertesasusigla;yasí,lasiglaserevuelvesobreellos como una autóctona demanda de autoría, un ídolo que no se sacia nunca de la atribución de muertes, al igual que un equipo de fútbol no se sacia nunca, partido tras partido, temporada tras temporada, de que se le apunten