tan siquiera haber destellado por un instante como cuestión, como objeto pendiente de determinación veritativa. Para él no puede, en efecto, haber cuestión, sino tan sólo falsedad allí donde se pida reinterpretar de nuevo el contenido de la tentación del monte;nopuedehabercuestióndondeseadmitalaposibilidaddequela entrada en Jerusalén pueda haber sido una claudicación de Jesús ante el tentador del monte; no puede haber cuestión en si Nicea, antes que un triunfo, no fue, por el contrario, una derrota del espíritu, la gran catástrofe